Recta final en la restauración de una cúpula única por su zigzag modernista.

La utilización de tejas vidriadas de colores es típica del modernismo catalán y valenciano de principios de siglo. Pero la singularidad de la cúpula de la Iglesia de Santa María Magdalena del Poble Nou de Benitatxell reside en su dibujo en zigzag único en la comarca y posiblemente en el territorio valenciano.

El alcalde del Poble Nou de Benitatxell, Josep Femenia, junto con el concejal de Cultura, Manolo Segarra, representantes de la empresa VAPF, que colabora en el patrocinio de las obras, el párroco, Guillermo Gilabert, y el director de las obras y arquitecto especialista en Patrimonio, Josep Ivars, han realizado esta mañana para la prensa una visita a la cúpula de la iglesia de Santa María Magdalena del Poble Nou de Benitatxell en la recta final de su restauración. Han comprobado in situ el trabajo artesanal que se está realizando y la singularidad de un elemento arquitectónico único.

La cúpula del Poble Nou de Benitatxell es una atalaya extraordinaria desde la que se divisa buena parte de la comarca. Es uno de los hitos paisajísticos de la Marina Alta.  El arquitecto experto en patrimonio, Josep Ivars, quien dirige las obras, ha explicado que su singularidad reside en el dibujo en zigzag, único en la comarca. “La combinación de tejas de diferentes colores formando dibujos es típica del modernismo catalán y valenciano aunque el dibujo en zigzag es una composición única. Las primeras tejas las trajeron de Barcelona y el fraile que las dirigía, Frai Maseo, debió estar bastante influido por la arquitectura neogótica y modernista catalana y valenciana” ha explicado Josep Ivars. Una esfera revestida de mosaico azul remata la original cúpula que ahora se ha restaurado con tejas de Manises. De la capital valenciana de la alfarería llegaron las mil tejas blancas y azules con las que se terminará la restauración de la cúpula de la iglesia del siglo XVIII.

Josep Ivars también ha explicado que la restauración no ha afectado a la estructura. Eso sí, se ha ventilado la cámara entre la bóveda estructural y el tablero, que no estaba en la solución original. Se ha colocado, además, una capa de compresión sobre tablero y las tejas sujetas con clavos de acero inoxidable.  Finalmente se ha reproducido la acrotera esférica de hormigón revestida de mosaico. Las tejas se han fabricado con agujeros de ventilación y de anclaje para hacerlas más resistentes a los elementos atmosféricos. La parte más difícil de realizar es el andamiaje. La pendiente inclinada de la cúpula exige un trabajo artesanal. “Las tejas se han tenido que elaborar a medida, las tienen que cocer con un agujero para favorecer el anclaje vertical con clavos de acero inoxidable, antes eran de hierro y estaban oxidados” ha señalado Josep Ivars.

Ivars es un arquitecto que cuenta con una amplia experiencia en proyectos de características similares ya que en su día proyectó la restauración de la cúpula de la Iglesia de la Asunción de Denia.

 

La iglesia de Santa María Magdalena del Poble Nou de Benitatxell comenzó a construirse en 1710, terminándose, en 1774, según ha explicado hoy Josep Ivars. Las obras de modernización y ampliación se realizaron a principios del XX. Es en esta intervención cuando se amplían dos tramos de la iglesia, se añade la cúpula con tejas vidriadas blancas y azules, y se realiza un cambio de estilo neogótico con detalles modernistas. En 1940 cayó un rayo que dañó la cúpula. Pero la situación económica del momento no permitió sustituir las tejas rotas por las originales azules y blancas, y se repusieron por tejas comunes. Era la posguerra y no había dinero. La situación de deterioro era tal que en una de sus partes ya había perdido el característico entramado blanquiazul. Incluso algunas de sus tejas habían caído. Con el fin de recuperar esta imagen tan simbólica, el ayuntamiento inició, mediante un convenio firmado con la parroquia de Santa María Magdalena y una ordenanza de patrocinio, las obras para restaurarla. Las obras las ha financiado el ayuntamiento, con 28.695 euros, y la empresa Vapf, que ha aportado otros 24.000. Con esta actuación, la cúpula recuperará el mismo dibujo original que la convierte en un referente visual y arquitectónico en el municipio.  

Una iglesia del siglo XVIII

La iglesia tiene planta de cruz latina, nave única con capillas laterales entre contrafuertes y cúpula de planta circular sobre un pequeño tambor iluminado con óculos y pechinas en el crucero. La nave central se cubre con bóveda de cañón sobre arcos formeros y lunetos.

Todos estos elementos se encuentran decorados con motivos geométricos dorados, guirnaldas y casetones que complementan, desde el punto de vista ornamental al resto de elementos propios de la arquitectura clásica, tales como entablamentos, capiteles toscanos y corintios, frisos, etc.

El altar mayor se cierra con un ábside cubierto con cúpula de cuarto de naranja. En la fachada aparece una torre de planta cuadrada y tres cuerpos que se sitúa retranqueada con respecto a la fachada retablo. Ésta presenta un remate en forma de frontón quebrado que culmina una composición jerarquizada sobre el acceso, el cual se enmarca entre dos pilastras con entablamento donde se sitúa la hornacina con un motivo escultórico.