- Se llevará a cabo una intervención para entender el contexto histórico del yacimiento, reconstruir el paisaje antiguo y obtener respuestas sólidas a la existencia de hábitat
La Cova de les Bruixes, uno de los tesoros arqueológicos de El Poble Nou de Benitatxell, volverá a ser objeto de estudio gracias a un nuevo proyecto. El Ayuntamiento, a través de la Oficina de Patrimonio Cultural, ha firmado un convenio de colaboración de carácter técnico-científico con la Universitat d’Alacant (UA) para llevar a cabo una intervención con el objetivo de desarrollar un plan de investigación, protección y difusión del yacimiento.
La Cova de les Bruixes está catalogada como Bien de Relevancia Local (Yacimiento Arqueológico), por lo que el Consistorio, con una firme intención de recuperarlo y ponerlo en valor, entró en contacto con el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH) de la UA. Así, el pasado viernes firmaron un acuerdo de tres años (prorrogable hasta dos anualidades más) con el que la entidad local se compromete a aportar 8.000 euros anuales, además de medios humanos y técnicos para la adecuación del terreno.
La Universitat d’Alacant, por su parte, a través del INAPH y bajo la dirección de la catedrática de Arqueología Feliciana Sala Sellés, realizará un completo estudio arqueológico para entender el contexto histórico del yacimiento, reconstruir el paisaje antiguo y obtener respuestas sólidas a la existencia de un hábitat en el Tossal de l’Abiar-Cova de les Bruixes.
Para ello, se han planificado una serie de actuaciones concretas, que empezarán con la limpieza del área, el estudio de las relaciones estratigráficas entre las construcciones ya excavadas y la revisión de los materiales arqueológicos de las excavaciones antiguas depositados en el Museu Arqueològic i Etnogràfic Soler Blasco de Xàbia.
Tras ello, se plantearán nuevas áreas de excavación y prospección, se obtendrá y documentará la información estratigráfica y se definirán las diferentes fases o momentos de ocupación del yacimiento. También se pretende realizar modelos fotogramétricos y otras infografías digitales para documentar y seguir trabajando con las estructuras una vez finalizada la excavación, así como lavar los sedimentos para detectar restos orgánicos y estudiar hipotéticas actividades económicas llevadas a cabo en el entorno de la cueva.
Toda esa información se recogerá en informes y memorias científicas y se publicarán los resultados en revistas científicas y congresos especializados. Además, se elaborará un plan integral para la consolidación de las estructuras descubiertas y su futura musealización, así como para la divulgación y transferencia del conocimiento sobre el yacimiento de la Cova de les Bruixes, tanto a la población en general como en colaboración con escuelas e instituto del Poble Nou de Benitatxell para elaborar material didáctico sobre el yacimiento y fomentar su conocimiento y visitas.
Un equipo de grandes profesionales
Una de las principales fortalezas de este estudio es el gran equipo de profesionales que, bajo el prestigioso sello de la Universitat d’Alacant, trabajarán en él. Estará dirigido por la catedrática de Arqueología Feliciana Sala Sellés, que contará con un equipo consolidado de investigadores doctores compuesto por Neus Antón Espí, José Luís Martínez Boix, Pascual Perdiguero Asensi y Patricia Rosell Garrido. Se suman además los dos arqueólogos integrantes de la Oficina Municipal de Patrimonio, Humberto García Colomina y Alejandro Gomis García.
Asimismo, a la campaña de prospección y excavación se unirán eventualmente estudiantes del Grado de Historia de las Universidades de Alicante y Valencia, ya que precisamente una de las principales razones de ser de los proyectos arqueológicos desarrollados por las universidades es la de formar a los futuros profesionales del sector.
Lo que revelaron anteriores excavaciones
El área arqueológica de la Cova de les Bruixes era conocida en la memoria colectiva local como guarida de bandoleros y contrabandistas, quienes ahuyentaban a la gente haciéndoles creer que allí habitaban brujas para llevar a cabo sus actividades delictivas sin testigo alguno. La leyenda local narra que derramaban azufre que producía misteriosas llamas alrededor de la cavidad y de todo ello debió surgir el topónimo de Cova de les Bruixes.
La zona fue abancalada de forma intensiva al menos desde el siglo XIX, lo cual afectó sustancialmente a la fisonomía del área arqueológica. El último cambio sufrido ha sido la construcción de las 106 viviendas de la urbanización Los Molinos en la cima del Tossal de l’Abiar a partir de los años 90, lo cual ha conllevado la destrucción no solo del entorno del yacimiento, sino también de buena parte de él.
Se catalogó como yacimiento arqueológico el año 1987 gracias al arqueólogo Joaquim Bolufer, aunque la primera intervención arqueológica, dirigida por las arqueólogas Mónica Claramonte, Victoria Domínguez y Joaquim Bolufer, no tuvo lugar hasta el 2000-2001. Los trabajos sacaron a la luz cerámicas ibéricas pintadas, entre las que destaca un vaso completo expuesto en el Museu Arqueològic i Etnogràfic Soler Blasco de Xàbia, y una vajilla fina de barniz negro de la Campania.
Entre los años 2015 y 2018 se llevó a cabo una nueva fase de intervenciones arqueológicas promovidas por el ayuntamiento bajo la dirección de los arqueólogos Miquel Sánchez y Josep Ahuir y la restauradora especializada en restauración arqueológica Anna Viciach.
En sus conclusiones los excavadores hablan de un asentamiento de época andalusí centrado en la actividad agropecuaria, que debió comenzar a abandonarse con la llegada de los conquistadores y colonos cristianos, a partir de la década de 1240. En cuanto al poblamiento anterior, defienden un asentamiento ibérico e iberorromano de escasa entidad e importancia, con una actividad centrada también en la explotación agropecuaria.