DECLARACIÓN INSTITUCIONAL DEL ALCALDE, JOSEP FEMENIA.

Desde que soy alcalde, he aprobado en este ayuntamiento numerosas declaraciones institucionales contra la corrupción. Hoy quiero reiterar mi más firme compromiso contra esta lacra, que es el cáncer de la democracia. Quiero, también, hacer un ejercicio de transparencia. He de decir que mi código ético personal, el respeto máximo que tengo hacia mis vecinos y vecinas, hacia esta institución y hacia mis compañeros de corporación me obligan a comunicaros, a hacer público, que he recibido una notificación del juzgado número 3 de Dénia. Se me notifica un informe de fiscalía, a raíz de una denuncia presentada contra mí por el propietario de la gasolinera construida hace 25 años en suelo no urbanizable y que, todavía hoy, no está legalizada.

Como sabéis, en el año 2012 se realizó una demolición parcial de diferentes elementos de la gasolinera. El ayuntamiento cumplía una sentencia del Tribunal Superior de Justicia. Se nos acusó de no derrumbar el negocio de arriba abajo. Esta discrepancia, añadida a otras, motivó que el entonces gobierno local, del Bloc, se rompiera. Quedé en minoría. Pero en aquel momento y también ahora pienso que un gobernante debe actuar con medida y rectitud. Sobre todo, no quería abocar a este municipio a pagar indemnizaciones. Tenía que tomar decisiones difíciles. Hoy estoy convencido de que aquella actuación fue impecable. El propietario del negocio no recurrió contra el ayuntamiento. En cambio, sí que lo hizo contra mí. Y me alegro. Mi cargo de alcalde me obliga a tomar decisiones. A dar la cara con todas las consecuencias por el ayuntamiento.

El propietario de la gasolinera me ha denunciado, según él, por enemistad manifiesta y prevaricación. Sinceramente, yo lo interpreto como una “represalia” por una denuncia que yo presenté contra él por presunto intento de soborno. Mi código ético como alcalde y personal me dice que he de denunciar con valentía toda proposición inadecuada y corrupta. El denunciante también le pide al pueblo una responsabilidad patrimonial de 450.000 euros sin ninguna justificación que yo, como alcalde, no estoy dispuesto a consentir. Recibí unas resoluciones avaladas por informes técnicos y jurídicos. Entonces no actué, nunca lo he hecho de manera arbitraria ni irresponsable, siempre he perseguido el bien común. Ahora el juez, antes de tramitar la denuncia, me ha abierto trámite de audiencia, para darme la oportunidad de defenderme.Su obligación es investigar unos hechos que han estado denunciados. Estoy convencido de que este asunto, que es meramente administrativo, no tiene ningún recorrido.

Es evidente que esta denuncia no es por un tema de corrupción, sino por una actuación administrativa de un alcalde que siempre ha cumplido la ley y ha velado por el interés general y por defensar la legalidad urbanística del Poble Nou de Benitatxell. Es una cuestión administrativa. No hay ninguna sombra de corrupción.

Por eso quería también anunciaros yo mismo esta denuncia privada. Defiendo, por supuesto, la labor de los jueces. Deben tomar declaración a todas las partes. Y yo iré con los informes técnicos, con las resoluciones y, sobretodo, con la tranquilidad de saber que he actuado conforme a la ley, con la total convicción de defender los intereses de los vecinos y vecinas de nuestro pueblo.

Creo que convocar una rueda de prensa y anunciaros esta situación judicial es un ejercicio de transparencia, un ejercicio de responsabilidad. No hace mucho exigí a una concejala que explicara porqué con su presunta firma se pagaron obras a una empresa antes de adjudicárselas y las intentó cobrar dos veces. Por las certificaciones y endosos que firmó esta concejala, un banco pide ahora al ayuntamiento cerca de 500.000 euros. La concejala declinó dar explicaciones. Yo, sin embargo, publico esta declaración institucional porque mi obligación es explicar con pelos y señales la realidad de esta denuncia presentada contra mí.

No me gusta hacerme la víctima. Asumo todas y cada una de mis decisiones. Doy la cara como alcalde. Soy el primero que asume responsabilidades. Siempre he actuado con la máxima honestidad. Creo que, como ya he dicho, tengo un código ético muy estricto. No transijo con la corrupción ni con la mentira ni el enredo.

Y, por supuesto, esta denuncia, esta maniobra, no me da miedo. No me apartará ni un milímetro de mi obligación de servir a mis vecinos y vecinas, de continuar luchando por mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo, por dignificar la política y por demostrar que no todos los políticos somos iguales: unos han de responder delante de los jueces por presuntas corruptelas y otros por poner siempre delante los intereses generales y la legalidad.