Hallan un orificio circular en la Cova de les Bruixes que anclaba una puerta para guardar el ganado

La Concejalía de Cultura del ayuntamiento de El Poble Nou de Benitatxell, a cargo de Manolo Segarra, ha organizado para el próximo miércoles, 31 de agosto, una jornada de puertas abiertas a la Cova de les Bruixes. El arqueólogo y gestor del patrimonio cultural, Josep Ahuir, y la arqueóloga y restauradora Anna Viciach presentarán los últimos avances en la investigación, consolidación y difusión del yacimiento arqueológico de época iberoromana e hispanomusulmana. El grupo se desplazará y volverá de la cueva a pie. Hasta el momento ha salido a la luz un orificio circular, de unos 0.10 m de diámetro, realizado sobre una piedra calcárea de grandes dimensiones. El orificio está situado en la zona central de la entrada del abrigo de la cueva y está relacionado con la instalación de una puerta para el cercado de ganado.

La primera fase de los trabajos se centró en la limpieza del área con seguimiento arqueológico ya que la cueva se hallaba cubierta de maleza. “En este yacimiento tenemos presentes algunas de las culturas que han pasado por este municipio, desde los íberos hasta los primeros pobladores cristianos, destacando la presencia andalusí. Su recuperación nos puede decir muchas cosas de la vida cotidiana de nuestros ancestros” apuntó Manolo Segarra.

La cueva, que formaba parte de la alquería del Abiar y cuya primera ocupación data de cerca de 2200 años, fue utilizada como corral y vertedero en el periodo ibérico, romano e hispanomusulmán. Las excavaciones del 2001 ya sacaron a la luz interesantes hallazgos como cerámicas ibéricas pintadas, sigillatas y otras importadas de la zona de la Campania italiana. Entre ellas cabe destacar una pieza completa de cerámica íbera, que se encuentra en el Museo Arqueológico de Xàbia y que aparece también en el cartel promocional del lugar.

El yacimiento fue localizado en 1987 en el Tossal Gros por Joaquin Bolufer. Según la historiografía local, a finales del siglo XIII, ya abandonada, pasó a convertirse en la guarida perfecta de bandoleros. La leyenda también sugiere que los contrabandistas ahuyentaban a la gente haciéndoles creer que allí habitaban brujas. Para ello derramaban azufre que producía misteriosas llamas alrededor de la cavidad. Sería, por tanto, el miedo lo que llevó a los habitantes de El Poble Nou de Benitatxell a llamarla “Cova de les Bruixes”.